viernes, abril 09, 2010

Yo sé que fieros y hambrientos dos ojos en tí clavados.
Siguiendo van tus cuidados, miradas y movimientos.

Por más que sigan atentos los giros de tu pasión.
Podrá ser que la ocasión sin aprovechar se quede.
Pues vigilarte no pueden las telas del corazón.
Yo sé que el labio de un hombre por tu amor capaz de todo.
recoge a montones lodo para volcarlo en mi nombre.

Me callo sin que me asombre la bajeza de su acción, d
e su vil difamación.
Si queda rastro, que quede.
Yo sé que manchar no puede mi nombre en tu corazón.

De ojos, mano y labio impío, apostados en acecho.
Para robarte del pecho. T
u corazón todo mío.

Lucharán en el vacío, sin lograr su pretensión.
Hasta que de mi pasión liberada por Dios quedes.Porque ni tú misma puedes mandar en tu corazón.

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