domingo, septiembre 26, 2010

Saliste ya mil veces de la pista a respirar, a reclutar. Bien maquillado y ocultando tu lunar. Un día el bote volcó y el premio a pique se fue. Todos te daban por muerto y vos allí en mi remolque sin luz, como un polizón. Mira qué tipo espeso, sumiso como un guiso más, un vago de mil caravanas a punto de quedar a pie. Fundiendo plomo logras chorros de oro cochino; en besos de lo más desnudos. Pero el café con tu suerte se enfría en mi mesa fría. Apuntamos a tu nariz, hundimos tus pómulos y vos resplandecías. No te quedó sueño por vengar y ya no esperas que te jueguen limpio nunca más. Salando las heridas jodiste a todo cristo y más. A boluditos de la luna y tipas porno-nazi look. Tu lengua se derrite en modas de la rabia de hoy. Cuando enfermas con tanta gana, cerras las filas del dolor.

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