sábado, noviembre 06, 2010


Soy de la ciudad con todo lo que ves. Con su ruido, con su gente, consume vejez.
Y no puedo evitar el humo que entra hoy. Pero igual sigo creciendo, soy otro carbón.
No voy a imaginar la pena en los demás. Compro aire y si es puro pago mucho más. No voy a tolerar que ya no tengan fe; que se bajen los brazos, que no haya lucidez.
Me voy, volando por ahí. Y estoy convencida de ir.
Me voy, silbando y sin rencor. Y estoy zafando del olor.
Me encontré con la gente que sabe valorar. Que de turista, en la capital, han sabido vagar y no han encarado al fin la cruda realidad. De respirar hollín, de llorar alquitrán. Y empiezo a envejecer, sudando mi verdad. Criada para toser con mucha variedad.
Y a donde ir a parar, cargando con mi olor. Deberíamos andar desnudos para sentirnos mejor.

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