lunes, diciembre 20, 2010



Tan tarde como creíamos me arrodillo ante ti. Entonces dibujo a tientas lo que quise decir. En la cumbre de tu voz se extingue mi valor y nada más.
Seguiré, seguirás. ¿Cuánto tiempo debo renunciar? Seguiré, seguirás ¿Cuánto tiempo más? Y perdí mi voluntad y no pude desertar. Y volví en mi bemol, aunque nadie me enseñó. Te devuelvo lo que soy y nada más. Mis excusas no tienen sentido, y un abismo se abrió ante mí. Agazapado espejo de mi espanto. Acurrucada volví a empezar.

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