sábado, enero 15, 2011

Pasan las horas, rozando la locura; preso de mi poesía. Mucho altibajo, poca llanura. Soy ladrón y policía. Caen las gotas, sin previo aviso viniendo del mas allá. De un inconsciente, ya inmanejable que no me deja vivir en paz.
De a poco oxidan esta armadura difícil de abandonar. Tengo una cita conmigo que no me animo a afrontar. Estoy tan lejos de mi que no alcanzo a ver mi esencia. Pobre de vos, hoja en llamas; te descargo mi impaciencia.



Pero prometo, a mas nadie que a mi mismo
triunfar de nuevo en este juego apasionado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario