martes, marzo 08, 2011

Un viaje al pasado.


A un cadete acostumbrado a las corridas la vergüenza ya le pisa los talones. Lamentando el precio de sus confesiones va esquivando ejecutivos por Florida. Mientras cruza sin mirar las avenidas, se martilla la cabeza sin piedad. Vuelve con los ojos llenos de perdón, pero es demasiado tarde y ella le da un beso de esos que humillan a la soledad.
Por el centro todos conocen la historia del más pillo y la más bella del condado, y aunque tienen momentos de poca gloria, es un cuento que merece ser contado. Cuando el amor se tomó unas vacaciones, la vida le dio milonga y él bailó. Nunca le dijo que no a otros rocanrolles. Pero Stigan y Vogan fue testigo de esa magia que los condenó a vivir enteramente: entre el tedio y la pasión, el instinto y la razón. Entre la perseverancia y la cruel resignación.
Esa magia que no los va a dejar ser dos amantes del montón.
Ahora ella va a dos mil por hora por la vida, pisa el freno solo para sus dos críos. Él supo hacerse más compañero del frío, ese que le hacía sangrar por la herida. Si hoy la describo digo profeta Mahoma: una vez hecho un trato ya lo consiguió, y él adquirió una gran filosofía de goma y zapatos baratos, eso lo cambió. Ninguno de los dos creía en el destino y éste se vengó para hacerse notar. Le va poniendo más piedras en el camino, pero yo juro, fui el testigo de esa magia que ellos seguirán compartiendo eternamente: entre el tedio y la pasión, el instinto y la razón. Entre la perseverancia y la cruel resignación.
Esa magia que nunca los va a dejar ser dos amantes del montón.







Creo que este tema, desde que hablé anoche con vos lo habré escuchado 50 veces fácil. Todavía no entiendo algunas partes y vos no te explicas. Creo que desde un primer momento, lo que menos quise fue que te sintieras como lo dice esta canción.
Quizás para el que ve las cosas desde afuera es más fácil, pero vos más que nadie sabes que tengo los pensamientos bien puestos y no los voy a cambiar. Ni se me cruza por la cabeza... (también lo sabes).
Creo que todo fue muy extraño. Anoche hablabamos que tal vez fue la distancia la que provocó todo, pero hoy cuando me levanté me di cuenta que no. Tampoco es que vivimos a millones de kilómetros. Lo nuestro más que nada fue vagancia. No querer movernos; y ahí si va lo que te dije ayer: Esto hizo que cada cual tome su camino.
Sinceramente fue todo muy extraño como se dio entre nosotros y no tengo ganas que te sientas mal, y mucho menos ser yo ese motivo.
Cuando quieras, sabes que podes hablar conmigo y tal vez, aclararme un poco lo de está canción con la que te sentís identificado.






Atte: Profesora Elitonia (¿tendré algo de profesora?)

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