Gracias a los errores aprendí. Sé que lastimé a mucha gente y me aleje de ellos sin dar explicaciones, dando un portazo y sin querer saber más nada. Me hirvió la sangre miles de veces por saber como estaban, por volver. ¿El orgullo no me dejó? no, no fue orgullo, fue aprendizaje para no volver a cometer estos errores. 

Arrepentida estoy pero todos cometemos errores, y esos son los que hoy me hacen feliz y fuerte. 

Pido PERDÓN a todos los que les hice mal. 

Ojo, no se confundan. Hay gente a la que no le tengo que pedir perdón por nada.