lunes, octubre 08, 2012

Mi problema con los fideos

Okei, llegó la hora de volver. Para festejar que haya podido venír no tuvieron mejor idea que hacerme, de almuerzo, unos tallarines. Está todo más que perfecto, me encantan y estaban riquísimos, pero hay un problema. No puedo comer fideos largos en lugares públicos o aquellos que no sean mi casa. Estoy tres horas enroscándolos en el tenedor, terminan todos de comer y mi plato parece que todavía no lo probé. No tengo problema con enrollarlos, pasa que no quiero que quede ninguno colgando, y mucho menos hacer la gran de todas las películas que les cuelga el fideo y van chupandolo durante un rato largo, ¡QUÉ DESAGRADABLE!. Así que mi almuerzo terminó de la siguiente manera: media hora después de empezar a comer, todos terminaron menos yo. Todos me miraban y como que esperaban que termine para poder irse a dormir la siesta. Me cansé y dije: Están muy ricos, pero me canse de enroscarlos.

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